Ramón Ramonet Riu

"HUMAN FACE" IMAGE, OF THE

MONTSERRAT MOUNTAIN   (NASA PHOTO-SATELLITE)

THE Mt. MONTSERRAT IS, LITERALLY, LINKED TO THE ASSES (ENGLISH SYNAPSES, FIRST)

The Egyptian god Seth, whom the greeks called Tiphon -and identify with the figure of an ass-, is the key of the symbolism in my book "The Human Face of Montserrat" (LA CARA HUMANA DE MONTSERRAT), which I finally -in 1990-, had to do the photolites and edit myself, since the publishing were not prepared to do so. The distribution, sales and even the photos, were all done by myself. For this reason, probably I published the last of the "artisan" books, in the western world.

In my book, I have collected together ideas about God and Evil, which I assimilated over more than a decade, beginning at the same time as my discovery, in a scale model, of the human face, which appears -in the photo-satellite view-, as a very circumspected and bearded man (these aerial photos, were part of the information gathered by a NASA satellite).

                                                          (c) Ramón Ramonet Riu  (Sanish text below)

IMAGEN DE LA CARA HUMANA DE LA MONTAÑA DE MONTSERRAT (MY ENLARGMENT FROM FOTO NASA)

Una foto de satélite, nos ofrece una imagen inmensamente grande de varón barbudo.
Esta cara está perfectamente configurada por toda la extensión de la Montaña santa de Montserrat, en el N.E. de España. El famoso monasterio benedictino hace mil años que se situó allí donde la dicha foto ha dejado una señal justo entre sus cejas de modo que parece el signo hindú del Tercer Ojo.

Al tratarse de una casualidad sobre otra casualidad, no tuve más remedio que presentarla en un libro auto editado hace muchos años. Con esta nueva y sorprendente imagen la filosofía puede tener una oportunidad de oro para abrirse una nueva puerta en materia de humanismo. Sería llamada Para-filosófica, por no llamarla misteriosa, o simplemente "Filosofía de lo sorprendente". En efecto, toda la "Santa Montaña" de Montserrat se nos ofrece como un trampolín para acceder a lo que está más allá de las leyes físicas, por más que aún no seamos capaces de saberlo aprovechar. Es cuestión de tiempo.

Por el momento voy a exponer lo que he elaborado al respecto, ya que en un libro que auto edité dediqué la "Segunda Parte" a todo lo que se ha escrito sobre los pacientes asnos durante los últimos 50 siglos, como la mejor forma de moralizar a la sociedad. En el peor de los supuestos, dando mis logros a conocer, yo habré gozado de mi ingenio creado ilusiones deseables, sabiendo que son cual velos que ocultan lo inescrutable.

LA MONTAÑA DE MONTSERRAT ESTÁ, LITERARIAMENTE, UNIDA A LOS ASNOS

Dediqué mi libro LA CARA HUMANA DE MONTSERRAT (auto-editado en 1990), a todo cuanto se escribió durante cincuenta siglos sobre los asnos. Aunque yo ya había descubierto una inmensa forma de Toro a media falda de Montserrat (véase mi artículo del día 21.1.05 en la WWW: "La cuna de los dólmenes...") preferí a los asnos, en cierto modo como contrapartida al toro bravo, a pesar de que, es tan famoso, que decora la vallas publicitarias de las carreteras españolas.

Yo escribí mi libro: LA CARA HUMANA DE MONTSERRAT, como presentación de mi particular descubrimiento de la imagen de un enorme rostro humano que me sorprendió ver claramente, ampliando una fotosatélite de la NASA, Aparece onfigurada por todas las altas peñas de la montaña de Montserrat, cuyo perímetro es de 25 km.).

Fue casualidad que, años antes, yo hubiese fotografiado una maqueta de Montserrat, hecha el año 1919 (la cual, no se hizo completamente a proporción exacta). Esperando poder repetir mi suerte, quise confirmar la forma de rosto (parecido a una momia), ya que yo sabía que existían más copias de la dicha maqueta  expuestas en varios centros culturales de Barcelona. Nunca más pude repetirla.

Quiero constatar, que aquella foto de satélite -que estaba destinada a ilustrar la portada de mi obra sobre Montserrat y el Grial-, inesperadamente me descubrió un todavía mucho mayor despues de haberla positivado. Me hizo dar cuenta, de una maravillosa imagen real de satélite, con forma de un rostro perfecto (muy diminuta), desde el momento que escruté el negativo; o sea, antes de revelar el carrete de fotos.

FOTO: MAQUETA DE LA MONTAÑA DE MONTSERRAT (BARCELONA: AÑO 1919)

Yo esperaba que el prodigio inconmensurable se confirmase, y así fue, en efecto. Penseé que era un fenómeno providencial, porque recordé el descubrimiento de un rostro en la Sabana Santa de Turín. El milagro se repitió, y entendí que, aun sin estar capacitado, yo debía esforzarme en divulgarlo.

Una vez expuesto negro sobre blanco, la imagen circunspecta, que se podría llamar "el milagro de las casualidades", me sentí obligado a presentar dignamente en otro escrito la situación y peculiaridades de la Santa Montaña (40 km. lejos de la ciudad de Barcelona). Tiene una muy curiosa configuración, conseguida al reunir cientos de esbeltos peñascos, muy erosionados, y que aún hacen más inverosímil la formación de una forma en relieve de un rostro de varón circunspecto, con aspecto barbudo,

Semanas después, con motivo de visitar el nuevo Museo de la Ciencia, de Barcelona, observé la fotosatélite pisable de la Sierra de Montserrat (10 x 5 km.). Tiene un aspecto mucho más enfadado que la que publiqué; y para colmo de las casualidades, al ampliar la imagen con mi PC, advertí que incluye la redondez de una pupila. Es decir, esta cara de las foto-satélites de Montserrat, yo mismo la he visto crecerse ante mis ojos después de pasar tres décadas. Lo mismo podría decir, referente a que yo ahora soy más capaz de captar sus emanaciones positivas,... e incluso las escatológicas. Pero ese ya es un asunto muy privado.

Al escribir el dicho libro-informe, yo no tenía la menor idea del especial aprecio del pueblo catalán por los asnos, pero ahora parece muy evidente, dado el éxito de las pegatinas, que se han puesto a la venta con la estampa de este paciente cuadrúpedo. Yo ignoraba mi acierto futuro en sintonizar con tal idea. Posteriormente a la publicación de mi libro, tampoco me explicaba que yo pudiese esperar disfrutar de la afinidad por parte de mis contemporáneos,... Y ello me sucedió, por haberme criado en una sociedad rural.

Instintivamente, al ser yo sincero, y sentir muy viva mi simpatía por los astutos burros, no vi nada malo en utilizarlos para mi alta empresa de presentar la nueva cara de la Santa Montaña catalana. A mi entender, el asno era muy merecedor de seguirle confiando el moralizador papel social, que había tenido a lo largo de la historia de la humanidad.

FOTO: LA BURRA DE BALAM (CUENTO DE LA BIBLIA)

El nexo de unión de dos temas tan diferentes, fue el pasaje del bíblico profeta Balam cuando se le paró su cabalgadura. Es conocido como "La burra de Balam". En dicha fábula, el profeta Balam se dirigía a un destino que no le agradaba cabalgando su asno, cuando el animal se quedó inmóvil, porque vio un ángel con espada de fuego en medio del camino, antes de que lo viese el mismísimo profeta,... que no se cansaba de pegarle, para que no se detuviese. En aquella escena, se presenta al asno como el único capaz de hablar. Su mérito está en que es el segundo animal capaz de hablar, después de que en toda la Biblia solo se le conceda tal facultad a la serpiente del Génesis. Y lo más importante: su intuición, le hizo percibir -antes que su dueño- un ángel, mostrando con ello el desagrado de Dios.

Por mis estudios sobre la capacidad artística de la tierra y sus caprichos, he descubierto bastantes imágenes de rostros humanos de decenas de kilómetros en algunas fotos de satélite de montañas. La última -y más grande de las nunca antes por mi descubiertas-, la titulé: EGIPTO CONFIRMA SU PASADO ALIENIGENA, que para rematar mi empeño, resultó ser fruto de una técnica alienígena ancestral.

Referente a la intuición, me gusta poder compararme al pobre y humilde asno. Me dediqué con entusiasmo a resumir su jocoso papel, después de haber concluido la primera parte de mi libro. Ésta, obligadamente, debía referirse a la gran casualidad que se nos presentase una imagen de rostro tan perfecto, con la doble coincidencia de tener el famoso monasterio de Santa María de Montserrat, construido exactamente allí donde la foto-satélite revela un insólito punto de color granate. El color es lo de menos, porque inicialmente todo el rostro humano obtenido por foto-satélite, tenía en aquella foto un color verde.

La foto verde inicial, posteriormente la divulgué en diferente color. Como fuese, a pesar de haber escrito -con mucha cautela- a fin de no herir susceptibilidades, luego no tuve el menor reconocimiento de mi hallazgo, ni tan sólo por parte de los benedictinos de Santa María de Montserrat. Aunque yo hice sacrificios a su presentación, obviamente no fui comprendido. En el siguiente párrafo, voy a explicarme más claramente.

El dios egipcio Seth, al que los griegos llamaron Tifón, e identificaron con la figura de un asno, es la clave para descubrir la simbólica estructuración de mi libro: LA CARA HUMANA DE MONTSERRAT. Mi propósito, fue presentar subliminalmente el Bien y el Mal, porque si por una parte tenía una fenoménica forma de rostro ("espacio común" entre humanos, el cual yo asocié a un ángel de Dios), por la otra, el asno en las culturas clásicas mediterráneas, representó al dios Seht, el precursor de Satanás.

Hay quien dice, que el Bien y el Mal representan valores abolidos, y ni el reciclaje de los legisladores podría evitarlo. Yo discrepo. Por el momento, esta misma referencia visual nos habla de harmonía (léase belleza), y es un estímulo activador que empuja el progreso espiritual hacia la superación personal. Si el asno no fuese buena referencia, no habría sido elegido por los políticos para representarles en sus campañas electorales.

En otras palabras, la forma de pensar general recibirá un nuevo impulso, cuando sea mundialmente conocido mi descubrimiento de un tan sorprendente rostro en fotos de satélite. Por cierto, alguien será capaz de mejorar su milagrosa aparición, con palabras, o con una óptima iluminación solar, o mediante otra maqueta en relieve.

© Ramón Ramonet Riu